El disco del mes: Outside de David Bowie

Esta no es solo la historia de un disco (Outside de David Bowie), es la historia de un reencuentro. Un reencuentro de dos viejos amigos que habían trabajado juntos y que a penas se veían desde hacía tiempo. Dos viejos amigos que en el pasado habían dado forma a albums y canciones memorables, verdaderas obras maestras de la música, que significaron un antes y un después en la historia de la música pop contemporánea.

El reencuentro

Pero metámonos ya en harina. Los amigos se llaman David y Brian y, como hemos dicho con anterioridad, hace mucho tiempo que no se han visto. Sin embargo, un buen día el segundo recibe una llamada del primero en la que le dice que sí, que efectivamente se va a casar y que por supuesto está invitado a su boda.

Estamos en 1992. Han pasado 13 años desde que ambos músicos colaboraran por última vez. Fue en el album Lodger, grabado y publicado en 1979 y que a la postre sería el último de los lp’s de la afamada trilogía de Berlin de David Bowie, junto con Low y Heroes, producidos todos por Brian Eno. Desde entonces cada uno de ellos ha seguido su carrera musical interesándose siempre por los avatares del otro. Y aunque a veces han coincidido en algún que otror evento y han mantenido el contacto a través del teléfono, lo cierto es que nunca han vuelto a sentarse para divagar durante horas sobre el estado en el que se encontraba la música pop/rock (algo que era habitual durante las sesiones de Low, Heroes y Lodger), y mucho menos aún para maquinar o comenzar a dar forma a alguna de sus habituales y enrevesadas ideas musicales. No, los dos músicos ni siquiera se lo plantean cuando se encuentran. Solo hablan de cosas triviales y se desean lo mejor mutuamente. Punto.

Outside de David Bowie

Sin embargo, como ya hemos apuntado al inicio del artículo, un hecho crucial en la vida de David Bowie significará también un giro en el rumbo de esta historia. Y es que 1992 sería el año del auténtico reencuentro de estos dos amigos, cuando prendió la misma chispa del pasado y a ambos se les encendió la bombilla. Sería durante la boda de Bowie con Iman Abdoulmajid, la mujer con la que el músico británico encontró por fin la paz de espíritu y con la que se mantuvo casado hasta el día de su muerte.

Durante la recepción de la boda, a Brian y a David se les ocurrió la idea de subirse al escenario y tocar algunas de sus viejas canciones. La gente cayó rendida a sus pies y entonces ambos supieron que había llegado el momento de volver a sentarse para hablar largo y tendido sobre sus respectivas carreras musicales.

Lo hicieron, y de hecho días después ambos se enviaron por correo sendos manifiestos (largos y muy densos) sobre la situación musical en aquel momento, sobre qué le faltaba, sobre qué era lo que debía hacerse y cual era su responsabilidad al respecto. Y una vez llegados a este punto, ya no había marcha atrás.

Outside de David Bowie

La gestación

Solo hubo una cosa que desde el principio ambos músicos tuvieron claro a la hora de abordar la grabación del nuevo album de Bowie: acudirían al estudio sin una sola idea y lo crearían allí mismo, durante las propias sesiones de grabación. El objetivo era experimentar todo lo posible durante el proceso completo de creación del disco, incluyendo la gestación misma de las canciones.

Eligieron los Mountain Studios, en Suiza (país que conocían bien desde las sesiones de Lodger), y a un nutrido grupo de músicos de un nivel altísimo para poder encarar con garantías la vicisitudes que se iban a encontrar durante el proceso de grabación (Calos Alomar y Reeve Gabrels se encargaron de la mayor parte de las guitarras, Mike Garson de los pianos, Sterling Campbell y Joey Baron de las baterías, Erdal Kircilcay y Yossi Fine de los bajos, amén de Brian Eno y el propio David Bowie).

Outside de David Bowie

Para inspirarse, a Bowie y a Eno no se le ocurrió mejor idea que la de acudir al hospital psiquiátrico de Gugging, cerca de Viena (Austria), famoso por contar entre sus pacientes con una gran cantiad de artistas outsiders, con quienes ambos se entrevistarían y se fotografiarían durante su visita al centro. Esta experiencia sería fundamental y sobre ella girará toda la parte conceptual del futuro album, influyendo de manera decisiva en las oscuras y desquiciadas atmósferas que impregnan todo el disco.

A su vez, durante aquel mismo año (1994), Bowie había aceptado el reto de escribir una sección para la revista Q que incluyera los diarios de la grabación de su nuevo album, todavía en estado embrionario. Serían diez días de grabación en total; pero aunque Bowie había aceptado en un principio, pronto se dio cuenta de que aquello iba a resultar un verdadero tostón y de que, además, un diario sobre el proceso de grabación de su nuevo disco era algo que chocaba frontalmente con el concepto de album que estaban barajando. Por tanto decidió saltarse el encargo y en su lugar escribir los diarios de uno de los personajes del disco: el detective Nathan Adler, aún sin perfilar del todo. El resultado fue tan bueno que estos diarios se convirtieron en la base sobre la que más adelante se vertebraría toda la temática del disco.

Outside de David Bowie

Sin duda, el hecho de que Outside se creara en el propio estudio y de que los músicos acudieran a las sesiones de grabación sin tener un solo acorde compuesto con anterioridad y sin saber lo que iban a hacer ese día, le da álbum eso matices tan extraños que lo hacen único en su especie. Para Bowie y Eno, y también para los demás músicos de estudio que participaron en las sesiones, es la primera vez que encaran la grabación de un disco sin tener nada creado de antemano, lo que significó un cambio radical en el modelo de trabajo, exigiendo a cada uno de ellos comunicación y creatividad a partes iguales.

Por su parte, Bowie experimentaba no solo con la parte musical sino también con las letras. Haciendo uso de un programa llamado Verbasizer, creado por Ty Roberts (co-fundador de Gracenote) y el propio David Bowie, el músico británico dejaría la escritura de las letras al azar y a su mac, el cual a través de dicho programa reordenaría cada verso con su propia lógica basada en la computación.

El concepto

Más allá de experimentos, reencuentros y metodologías de trabajo, el álbum Outside de David Bowie (1995) es para muchos el mejor disco del Duque Blanco en sus últimos 25 años de carrera. También es el más largo de todos los publicados por el artista británico, con cerca de 75 minutos de música en total. Recupera además los postulados de la opera rock o el disco conceptual (que tan buenos resultados le diera con su Ziggy Stardust), creando un universo distópico en el que enmarcar y desarrollar la idea sobre la que giran todas y cada una de las canciones del álbum. Con una marcada estética cyber-punk y la influencia de la música electrónica de los 90, el disco está además empapado del milenialismo de finales del siglo XX, dejándonos una visión apocalíptica, violenta y enloquecida del mundo, las artes y las relaciones humanas.

Bowie se inspiró en el Accionismo Vienés de la década de los 60 (uno de los movimientos de performance y body-art más extremos, violentos y controvertidos de la historia) para crear un universo en un futuro indeterminado donde la tortura y el asesinato se comete no solo por diversión sino también como parte de un ritual artístico; es decir: como si de una performance se tratara. La trama comienza con el brutal asesinato de una niña llamada Baby Grace Blue y la consiguiente investigación llevada a cabo por el detective de la Art-División Nathan Adler. Adler deberá introducirse en los ambientes artísticos más marginales del universo underground de Oxford Town, y en su viaje nos iremos encontrando con toda una serie de personajes dudosos, todos ellos outsiders, sobre los que se irán desarrollando cada una de las canciones del disco, entre las cuales destacan verdaderas joyas como Outside (que sirve de apertura), The Heart’s Filthy Lessons, Hello Spaceboy, The Motel, I’m Deranged, We Prick You o Strangers When We Meet

No cabe duda de que estamos ante un álbum complejo y denso, pero al mismo tiempo de una enorme riqueza creativa, que significó además la última incursión de Bowie en el mainstream (aunque, eso sí, no con los resultados esperados) y que precedió a Earthling, un disco mucho más irregular con el que llegaría a mantenerse durante algunos años más en ese mainstream del que finalmente saldría para ya no regresar nunca más. 

Cabe decir que Bowie y Eno tenían pensado realizar un total de 5 discos (uno al año desde 1995 hasta el 2000) donde ir desarrollando toda la historia hasta su desenlace final, para lo cual grabaron una gran cantidad de material sonoro. De ahí que el título del disco sea en realidad  1. Outside, haciendo referencia a que estamos solo ante la primera parte del proyecto. Sin embargo, tras la gira, Bowie declaró haberse cansado de la historia y decidió aparcarla. A día de hoy, la mayoría de ese material sonoro permanece todavía inédito.

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